El Banco de Alimentos de Córdoba asegura su sede por 10 años pero tiene la incertidumbre de los suministros
La implantación de la tarjeta monedero conlleva la retirada de los alimentos del Fondo Social Europeo
Si el futuro del Banco de Alimentos de Córdoba ‘Medina Azahara’ admite algún calificativo es el de agridulce. En estos momentos tienen asegurada su sede por diez años, y prorrogables por otros diez, en Campo Madre de Dios pero, por contra, la implantación de la denominada tarjeta monedero para las familias vulnerables ha cambiado radicalmente su modo de funcionamiento, ya que no dispondrán de los suministros como lo han hecho hasta ahora.
La Junta de Gobierno Local aprobaba este lunes la cesión de las instalaciones del antiguo matadero, con una superficie de 4.862 metros cuadrados, por una década prorrogable. Estas dependencias ya fueron cedidas por el Ayuntamiento en marzo de 2015 por un periodo de cinco años, prorrogable por otros cinco, que venció definitivamente el pasado 30 de marzo.
Ahora, el Ayuntamiento ha decidido prorrogar esta cesión al valorar el trabajo desarrollado «con importantes logros, diversos proyectos y acciones de ayuda y concienciación social sobre las situaciones de pobreza y la escasez de recursos económicos y alimentarios de la población de Córdoba y su provincia».
El Banco de Alimentos atiende en la actualidad a 206 entidades, con unos 24.111 beneficiarios a los que atienden de forma totalmente gratuita. Se trata de personas en riesgo de exclusión atendidas por los centros asistenciales. Esta organización cuenta con una treintena de voluntarios que son los que se encargan de desarrollar las actividades, que se complementan en momentos puntuales para actividades concretas, como es el caso de la denominada Gran Recogida.
Cambios en el reparto de alimentos
Ahora, con la implantación de las denominadas tarjetas monedero cambia toda la dinámica de funcionamiento del Banco de Alimentos. El origen está en la implantación el pasado año del Fondo Social Europeo Plus, que ha decidido que los excedentes alimentarios no sean destinados a las personas en situación de pobreza sino a las familias con hijos a su cargo, a las que se les entrega dichas tarjetas que gestiona otra entidad.
Ahora, el Banco de Alimentos se ha replanteado su funcionamiento al no llegarle los productos europeos. A esto se suma, como ya informaron en mayo, de que para este año prevén también una reducción de las donaciones «con lo que nos vemos obligados a cambiar nuestro criterio de reparto y centrarnos en los beneficiarios que no reciben la ayuda de los fondos de la comunidad europea».
Reconocen que este nuevo periodo que ahora se abre «traerá dificultades y dudas» por lo que piden mantener la confianza mutua con las entidades que han atendido hasta ahora y tanto el personal del Banco de Alimentos como los voluntarios se ponen a disposición de las mismas para atender las necesidades que puedan surgir.