Confusión a un mes en el reparto de las nuevas tarjetas monedero de comida

El sistema comenzará en mayo sin que haya una cifra definitiva de usuarios ni se conozca cómo se evitaran las duplicidades

Un voluntario recoge cajas de fruta para el reparto del Banco de Alimentos. LAYA

El nuevo sistema de reparto de alimentos a través de tarjetas monedero empezará en menos de un mes con más dudas que certezas. El Ministerio de Derechos Sociales, que dirige Pablo Bustinduy, optó por la vía del reparto de tarjetas monedero frente al reparto de comida habitual a través del Fega, para eliminar las ‘colas del hambre’ que se formaban frente a las entidades de reparto.

El modelo está previsto que se ponga en marcha en el mes de mayo tras la última entrega del Fega. A partir de ahora, el Banco de Alimentos tendrá que sobrevivir con fondos propios y la ayuda de empresas e instituciones para seguir ayudando a todos los salmantinos que no se beneficiarán de las tarjetas monedero. Y es que la medida revolucionaria de Bustinduy solo permite que se beneficien de este sistema las familias con ingresos mínimos que tienen menores a cargo. De las 2.400 familias que atiende el Banco de Alimentos en Salamanca —en torno a 9.000 personas— solo se favorecerán 600.

A menos de un mes, la Junta de Castilla y León ha solicitado a las entidades locales y a la Diputación de Salamanca que les remitan las familias que podrían beneficiarse de esta ayuda a través de los técnicos de los Centros de Acción Social (CEAS), aunque fuentes de la Consejería de Familia señalan que aún no hay un listado definitivo, ya que se está pendiente de recibir todas las peticiones, así como confirmar cuáles serán los supermercados que participen en este reparto, ya que debe haber comercios implicados también en las zonas rurales, donde también hay familias vulnerables.

Cruz Roja sería la encargada solo del reparto de las tarjetas monedero que deberían renovarse cada tres meses para la compra de productos de primera necesidad, higiene y alimentos perecederos. En ningún caso de la gestión y valoración de los usuarios. Próximamente, Familia tendrá una reunión con la ONG para fijar todos los detalles.

Por el momento, el presidente del Banco de Alimentos, Godofredo García, confirma que nadie se ha puesto en contacto con la ONG, principal perjudicada por el cambio de reparto, ni para solicitar un listado de los posibles beneficiarios ni para que les entreguen aquellos usuarios que se benefician de las tarjetas monedero. «Nosotros tenemos un cálculo de 600 familias que estamos atendiendo con menores de 12 años a los que entregamos las cestas navideñas el pasado año», confirma el responsable de la ONG. Hay que tener en cuenta que el Banco de Alimentos tuvo que contratar a una trabajadora social para certificar la situación de necesidad y no todos los que reciben productos de primera necesidad de la ONG tienen que haber sido acreditados por los CEAS.

García confirma que con el cambio de reparto no se podrá entregar comida a aquellas familias que se beneficien de las tarjetas monedero para alimentos. «Nosotros no podemos duplicar las ayudas sobre todo ahora que dejaremos de recibir los fondos del Fega. Nos preocupa mucho que no se nos informe y aquellos que solo reciben alimentos por parte de nosotros acaben con problemas si no se nos manda una relación», detalla. «Es incompatible —reflexiona— cobrar esas dos ayudas pero para evitarlo debemos tener un sistema que lo impida». Hasta ahora la ONG recibía más de 200.000 kilos de alimentos del Estado para llegar a las más de 9.000 salmantinos que atiende diariamente. Ahora lo tendrán que seguir haciendo sin esta ayuda de la que no se benefician las familias con hijos mayores de 18 años, personas jubiladas sin ingresos, sin hogar o comedores sociales.

Las ayudas para alimentos oscilarán entre los 130 euros al mes con dos miembros hasta los 220 euros en el caso de que haya cinco personas. Eso sí, la comida deberán comprarla en un supermercado al precio normal destinado para todos los usuarios, en vez de los alimentos que llegaban a precios competitivos gracias a que se adquirían al por mayor.