Adiós a las colas del hambre en Alicante
Las nuevas tarjetas monedero acaban con los repartos de alimentos a las familias vulnerables | Las entidades seguirán con la distribución de lotes de emergencia
Durante más de 40 semanas la imagen se ha repetido periódicamente. Personas vulnerables que se acercaban al reparto de alimentos de Colonia Requena en Alicante para llevarse un pack con el que dar de comer a sus hijos. Fue justo después de la pandemia cuando se puso en marcha el banco de alimentos en este barrio alicantino.
Durante más de dos años dos centenares de familias, con vulnerabilidad acreditada, han puesto un plato en la mesa gracias a estos repartos en una de las zonas de mayor riesgo de exclusión de Alicante. Pero este agosto este proyecto echará el cierre o al menos cambiará para siempre.
Y es que los bancos de alimentos surgen de un proyecto de la Unión Europea que este año ha modificado su manera de funcionar. Ya no repartirá comida sino que cada familia contará con una tarjeta monedero con la que podrán comprar en los supermercados adheridos productos de primera necesidad.
Ha sido ese cambio de sistema el que ha hecho que este 31 de agosto el banco de alimentos de Colonia Requena -en el que participan la asociación vecinal del barrio junto con otras entidades de Voluntariado como Volk2 o Mensajeros de la Paz haya repartido comida por última vez a las más de 200 familias vulnerables que tienen registradas.
Esta entidad, y otras del mismo tipo, ya han dejado de recibir los alimentos que solían repartir y por ello su función será diferente a partir de ahora. «Este es un cambio importante porque se eliminan las colas del hambre y es un poco más digno», explica el voluntario de Volk2, Pepé Vicedo.
También están en ese proceso de cambio Cáritas Diocesana. El director de Cáritas Alicante, Víctor Mellado, explica que ha sido progresivo en los últimos años y que aquellas pocas parroquias que siguen repartiendo alimentos ahora han dado el paso también. «El sistema de tarjetas es más digno porque pueden comprar lo que necesitan y también se solucionan otros problemas como el transporte o por ejemplo tener un envío con mucho de un tipo de alimento y nada de otros lo que hace difícil el equilibrio».
Desde Colonia Requena tambien ven otro problema. «De las 200 familias a las que repartimos alimentos, 150 entran en los criterios para la tarjeta monedero y 50 no, al no tener hijos», explica Vicedo. Tanto para aquellos que tienen derecho a la tarjeta como para quienes no, esta entidad trabaja para dar una solución que sea lo más sencilla posible. Para ello se han reunido con el Ayuntamiento para encontrar la manera más eficiente de que los servicios sociales puedan tramitar todas las tarjetas sin que se sature el sistema.
«Estamos manteniendo reuniones con la concejala de Bienestar Social, Begoña León, con la que hay muy buena sintonía, para ver cómo podemos seguir ayudando», explica el presidente de la asociación de Colonia Requena, Antonio Colomina.
Desde este banco de alimentos no quieren dejar en la estacada a esas 50 familias, pero tampoco a aquellos que reciben desde Servicios Sociales para dar una ayuda de emergencia. Estos casos son los más acuciantes, cuando alguna familia se queda sin ningún tipo de recursos y la administración no tiene mecanismos para atenderlos «ya mismo».
Para ellos, especialmente siguen en contacto con el Banco de Alimentos de Alicante, aunque ya no asociados al programa europeo, para poder repartir alimentos que dependerán de las donaciones puntuales y de campañas especiales como las que se hacen en los supermercados de cara a Navidad. «El reparto de alimentos dependerá ahora de estos eventos, pero intentaremos llegar a aquellas familias que acuden a la parroquia o nos piden si les podemos entregar un lote de emergencia», explica Vicedo
El banco de alimentos de Colonia Requena ha cerrado sus puertas, pero no del todo. Desde las entidades que se vuelcan desde hace años para ayudar a algunas de las familias más vulnerables de Alicante no van a parar del todo solo ha buscar maneras de reconvertirse para seguir echando una mano a los que más lo necesitan.