El presidente de la asociación benéfica en el territorio histórico vizcaino, Luis Crovetto, explica que los almacenes “no están al límite”, porque la campaña solidaria de primavera ha sido “muy buena”. No obstante, lamenta que el Banco en Bizkaia “ha perdido 300.000 kilos de alimentos procedentes de la Unión Europea” en forma de tarjetas-monedero, entregados a través del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD), que financia medidas para ofrecer comida o asistencia material básica a las personas que lo precisan.

Crovetto subraya que esos 300.000 kilos de alimentos procedentes de los fondos europeos, el Gobierno español los destinará a la Cruz Roja y reconoció que esa decisión les afecta “muy negativamente”. Según señaló, este año el Ejecutivo del Estado ha decidido conceder a la Cruz Roja esta subvención procedente de Europa, pero subraya que debido a la “mala gestión” del Gobierno, que aún no ha remitido los datos pertinentes, “estas ayudas todavía no han sido repartidas”. A pesar de ello, garantiza que seguirán apoyando a las personas que lo necesiten porque no pueden “dejarlas tiradas”.

Este año “no se ha contado” con los Bancos de Alimentos, algo que desde la asociación no entienden, pero Crovetto se muestra esperanzado en que lleguen el año próximo, momento en que el Gobierno español traspasará la gestión de las ayudas a las autonomías.

Asimismo, destaca que la población vizcaina es “extraordinariamente generosa”, pero reconoce que la inflación derivada de conflictos internacionales como la invasión de Ucrania sigue existiendo, por lo que la personas no donan en las misma medida. El año pasado se repartieron 3,8 millones de kilos de alimentos.

Se mantienen las campañas

Pese a ello, el Banco de Alimentos no se plantea llevar a cabo más campañas de recogida con el objetivo de “no saturar a los donantes”, porque, según dice, “no se puede estar pidiendo constantemente”, por lo que se mantienen la campaña “fuerte” de Navidad y la que se realiza en mayo.

Respecto a la manera en la que las personas realizan sus aportaciones al Banco de Alimentos, el 60% de los donantes optan por el bono-alimento, una modalidad de donación en caja que permite a la entidad comprar los productos que realmente necesitan a lo largo del año y en las cantidades concretas que necesitan, evitando acumulación o escasez de determinados productos, y su caducidad. Por su parte, un 40% lo hacen por la entrega directa de comida.

En estos momentos la asociación cuenta con unos 180 voluntarios, pero hacen falta chóferes, personal de almacén y telefonistas. “Más que un número elevado de voluntarios, lo que hacen falta son personas que puedan dedicar al menos dos días a la semana a esas tareas solidarias”, señala.

A día de hoy, el Banco de Alimentos de Bizkaia atiende a algo más de 24.000 personas. Las familias que reciben ayuda de la entidad son 7.987, en las que hay 4.386 son niños y 648 lactantes. Son unas cifras prácticamente iguales a las del año pasado, lo que supone que la crisis económica y la inflación siguen incidiendo de forma muy importante en las personas más desfavorecidas del territorio.