El Banco de Alimentos de Córdoba, 20 años dignificando la vida de las familias más necesitadas

La asociación sin ánimo de lucro celebra su aniversario en un 2024 marcado por la ayuda a Valencia tras la DANA y la supresión de los fondos europeos
El Banco de Alimentos de Córdoba pide que las donaciones a Valencia sean económicas: “Estamos desbordados”
Juan José Cas posa en el Banco de Alimentos. / Miguel Ángel Salas

Córdoba/El Banco de Alimentos Medina Azahara lleva dos décadas dignificando la vida de miles de familias necesitadas tanto en Córdoba capital como en la provincia. Concretamente, son 20 los años que esta asociación sin ánimo de lucro declarada de utilidad pública lleva al servicio de los cordobeses. En este 2024 en el que celebra su aniversario rodeado de adversidades como la supresión de los fondos europeos y la reciente tragedia de las inundaciones provocadas por la DANA en Valencia, la entidad sigue trabajando a diario para cumplir su principal objetivo: ayudar a los más necesitados.

Un compromiso social al que la entidad jamás ha dado la espalda. Actualmente, el Banco de Alimentos de Córdoba da de comer cada día a casi 10.000 personas. “Nuestra obligación es laminar los productos y alimentos de tal forma que permanentemente podamos dar los pedidos a las 200 instituciones con las que colaboramos, las cuales, a su vez, reparten luego la comida a esas miles de personas en Córdoba”. Así es la labor habitual explicada por el vicepresidente de la institución, Juan José Cas, quien lleva involucrado directamente en el proyecto desde hace ocho años.

La solidaridad es lo que mueve a todos los voluntarios que trabajan para que la ayuda del Banco de Alimentos llegue a aquellas familias cuya situación económica es precaria -certificada por un trabajador social-. Pero incluso los voluntarios son “los primeros beneficiados” en esta asociación. Al menos así lo considera Juan José Cas: “Esta labor rellena esos huecos que deja la jubilación, tanto en el aspecto de ocio como en el mental, porque sabes que estás ayudando a personas que les hace mucha falta”, señala el vicepresidente de la entidad, quien en el 20 aniversario hace un llamamiento a todos los que dispongan de tiempo para “ser solidarios” y formar parte de un Banco de Alimentos que los necesita.

También necesita a esos voluntarios que, pese no estar a diario codo con codo en la sede ubicada en el Campo San Antón, se unen en masa para ayudar en las dos grandes campañas anuales que organiza el Banco de Alimentos: la Operación Primavera y la Gran Recogida navideña, además de esos eventos deportivos que desde la institución organizan por el bien de quienes más lo necesitan. La carrera del próximo 22 de diciembre es un claro ejemplo y, como señala Cas, la Policía Local de Córdoba les pide 40 voluntarios que está a la espera de que se inscriban.

Ya sea en la labor que se realiza de puertas para afuera o por lo que se vive en la sede del Banco de Alimentos Medina Azahara, ayudar a los más necesitados requiere “de un trabajo constante que tiene que estar muy bien organizado”. Y es que, la responsabilidad de alimentar a casi 10.000 personas diariamente es enorme. A veces, la nave está a medias y son los propios voluntarios quienes ponen dinero de su propio bolsillo a pesar de que cuentan con las subvenciones del Ayuntamiento de Córdoba (50.000 euros), de la Diputación (40.000 euros) y de las donaciones económicas de empresas privadas.

Y más en un 2024 que, pese a ser de celebración por el 20 aniversario, está siendo complicado para todos los bancos de alimentos de España. Muchos alimentos que distribuían procedían del Fondo Europeo de Ayuda a las personas Desfavorecidas (FEAD), el cual ha sido incluido dentro del Fondo Social Europeo. Esto ha llevado al Gobierno a cambiar los criterios de reparto, sustituyendo la ayuda de los bancos de alimentos por la creación de unas tarjetas monedero para familias en riesgo de exclusión con niños.

A los que no reciben ni alimentos de Europa ni las tarjetas, el banco de alimentos deben darles más comida que en años anteriores. La forma de trabajar no ha cambiado, pero sí el número de personas atendidas, reducido en gran cantidad. “Estamos leyendo que están sobrando muchas tarjetas monedero. Si están sobrando es porque no le están llegando a la gente. Entonces acuden de auxilio al Banco de Alimentos y esos números que tenemos estudiados en cualquier momento pasan a 12.000 personas“, lamenta Juan José Cas sobre estas tarjetas monedero que estarán vigentes al menos durante cuatro años en España, uno de los pocos países europeos que la tienen.

Ante las permutas en la política humanitaria, el Banco de Alimentos lucha por adaptarse a los nuevos tiempos. De hecho, desde los convulsos años de la pandemia, la entidad ha pedido a la sociedad cordobesa que cambie su forma de donar. La prioridad no son las donaciones físicas de comida, sino las donaciones monetarias. “La única forma eficaz de ayudar a los bancos de alimentos es aportación en línea de caja (hacer una donación en la caja del supermercado)”, asegura Cas, ya que contar con toneladas de productos físicos supone un trabajo extra de clasificación y una problemática importante: hay muchos productos de alimentos concretos mientras que otros escasean.

“A una persona no le podemos dar mucha legumbre y no darle aceite, o mucha pasta y no darle cacao. Si nos dan las aportaciones económicas, el banco de alimentos compra lo que necesita y cuándo se necesita, no se acumula el producto en un corto periodo de tiempo y luego caduca”, explica el vicepresidente del Banco de Alimentos de Córdoba, entidad que ya prepara el momento más importante del año, la Gran Recogida navideña. En el mes de diciembre, cientos de supermercados de toda la provincia habilitan las donaciones para que el Banco de Alimentos cuente con comida suficiente para la sociedad cordobesa más necesitada.

 
Uno de los voluntarios del Banco de Alimentos de Córdoba. / Miguel Ángel Salas

Una fecha marcada cada año en la que la asociación hace “un llamamiento a la solidaridad”. Y es que, desde los años de la pandemia, la recolecta navideña en el Banco de Alimentos Medina Azahara está siendo cada vez menor. En 2023, la Gran Recogida dejó unos 60.000 kilogramos de alimentos. Una cifra que desean superar este año. “El que pueda y quiera ayudar, la forma más eficaz es aportación en línea de caja, pero si hay establecimientos que no tienen esa posibilidad, pueden hacer su donativo en físico”, señala el vicepresidente.

La Gran Recogida navideña será el punto y final a un 2024 que tuvo el concierto benéfico de la Orquesta de Córdoba del pasado octubre como gran homenaje a la honorable trayectoria del Banco de Alimentos. 20 años al servicio de las familias cordobesas que más lo necesitan, y los que quedan. Año tras año el reto de la entidad será, como asegura Juan José Cas, “que no le falte comida a los miles de personas que están necesitadas en Córdoba capital y provincia”. Eso sí, el compromiso “más inmediato” ahora mismo es “solucionar el problema que hay por la DANA en Valencia“, para el que el Banco de Alimentos Medina Azahara lleva trabajando desde octubre distribuyendo las donaciones de los cordobeses hacia las zonas afectadas.