Mariscal: “El hambre no se ve, pero está. Va sumando la cantidad de personas necesitadas”
El presidente del Banco de Alimentos de Ceuta, ratifica que no solo hay que acordarse de este colectivo en la Recogida de Primavera o en la Gran Recogida de Navidad, “parece que solo hay hambre en esas dos fechas, pero no es así, está siempre, no entiende de calor ni frío”
“El hambre no se ve, no entiende de calor ni de frío, pero está”. Estas son las palabras proferidas por el presidente del Banco de Alimentos de Ceuta, Pedro Mariscal, al preguntarle acerca de la situación actual en la que se encuentra la ciudad autónoma en relación a este hecho que, por desgracia, a tantas familias afecta.
“Si antes había gente necesitada, por momentos, sigue sumando la cantidad, no se ha paralizado”, confiesa Mariscal. El Banco de Alimentos trabaja duramente para poder atender a todas las personas necesitadas. De hecho, según traslada a este diario el propio presidente, se han hecho dos turnos, uno en julio y otro en agosto, “porque el 99% de las ONGs que reparten en el mes de agosto, cierran. Aunque ofrezcan comida para dos meses, no es autosuficiente para una familia, porque al final se malgasta ese alimento y todo lo que se te ha dado para consumir en dos meses lo acabas gastando en un mes y en agosto te puedes llegar a quedar sin alimento”.
Por este motivo, el Banco de Alimentos está para cubrir esas necesidades. Todos los jueves, Servicios Sociales les hacen llegar personas necesitadas y vulnerables. “No solo hay que acordarse de estas personas en la recogida de Primavera o en la Gran Recogida de Navidad, la situación es la misma y parece que solo hay hambre en esas dos fechas, pero no es así, el hambre está”.
Como bien se ha mencionado con anterioridad, a pesar de que las ONGs dejan abastecido a su personal, a veces “no es suficiente para mantenerse en esos dos meses”. “Esas personas que se quedan un poco desatendidas suelen recurrir al Banco de Alimentos, que está abierto siempre”.
Evitar la duplicidad
Una cuestión que afea Mariscal es la duplicidad. “Solemos atender a todo el mundo, pero lo que intentamos evitar es la duplicidad”, subraya. “Una persona viene a pedirnos alimento, alegando que la asociación a la que acude se encuentra cerrada. En ese caso, nosotros le damos alimento, pero automáticamente pasamos una nota a esa asociación para que quede constancia de que ya ha recogido alimento en ese mes de agosto. El objetivo es que esa persona no vaya pidiendo más”, manifiesta. Es decir, según el presidente, “hay una persona que se acerca al Banco de Alimentos el 22, 23 o 24 de agosto, por ejemplo, a solicitar comida, se le da, pero el día 1 de septiembre acude a esa asociación, ya sea Cáritas o Mujeres Anónimas, entre otras, para volver a pedir. No queremos eso, intentamos evitar la duplicidad porque hay gente que abusa mucho y al final pagan justos por pecadores”, ratifica.
Lo que el Banco pretende es que “haya personas que, si finalmente no lo necesitan, que sean leales y que lo confiesen, para poder ayudar a otras”. Servicios Sociales “está trabajando muy bien con el Banco y con las asociaciones para que no haya duplicidades, pero siempre hay gente que se cuela”.
El Banco de Alimentos de Ceuta, a través de Servicios Sociales, atiende a una media de 50 familias semanales, todos los jueves. Además, Mariscal apostilla que también colaboran con 17 asociaciones, por lo que, entre Servicios Sociales y las propias asociaciones, el Banco ayuda a 15.000 o 16.000 personas en total, aproximadamente.
Mientras una persona termina la presentación de papeles a Servicios Sociales, que será el encargado de derivarle luego a una asociación, acude todos los jueves al Banco durante el periodo de trámite, que suele ser de tres a cinco meses, para recibir comida ya que se encuentra en una situación de necesidad. “Les atendemos directamente para evitar colas y para que no haya gente esperando mientras prepara su documentación exigida por Servicios Sociales. Entonces, claro, ¿mientras prepara esa documentación no come? Por eso mismo, le atendemos nosotros. Una vez que ya tenga la familia esos papeles, ya desaparece del Banco de Alimentos, pero llega otra familia en su misma situación, por lo que esto no para, es una cadena”, enuncia.
Un control para que no se produzca el fraude
La entidad tiene concesionado unos ‘packs’ de comida con multitud de alimentos, pensado para un mes. “Es un menú semanal, pero les repartimos comida para cuatro semanas, por lo que pueden estar comiendo de forma variada durante un mes”, asegura, pero destaca que “si una familia ha ido un jueves, no puede volver al jueves siguiente, tiene que repetir cuando cumpla el mes”. Para evitar el fraude y que todo el mundo pueda tener alimento, Pedro Mariscal, hace hincapié en que existe un control exhaustivo semanal, ya que “se solicita el DNI tanto del marido, de la mujer como de los hijos, por si hay alguno emancipado y firman un documento del cual ellos se llevan el original y nosotros nos quedamos con una copia para que quede constancia de que esa familia ya ha ido al Banco”.
El objetivo es que “no repita continuamente el solicitar comida, mensualmente sí, semanalmente no”. “Ha habido casos en los que en un mes el marido venía una semana y la mujer se acercaba a las dos siguientes, ambos con su DNI, entonces repetían en el mismo mes. Por eso se decidió pedir el Documento Nacional de Identidad de todos los miembros de la familia”.
La sociedad no es consciente aún de la labor tan importante y necesaria que realiza el Banco de Alimentos de Ceuta. “Me gustaría que la gente no se olvidara de que puede paliar el hambre. En Ceuta, somos alrededor de 85.000 habitantes o más; con que la mitad ofrezca un kilo de comida o un euro, ya se tendrían 40.000 kilos de alimento o 40.000 euros”. Mariscal considera que en Ceuta hay gente caritativa que participa tanto en las grandes recogidas como fuera de ellas, “hay familias que nos donan mediante bizum o a través del número de cuenta corriente, otras que se acercan a la oficina del Polígono para dar comida y otras que nos hacen una compra y nos la dejan en el supermercado pertinente para que nosotros vayamos y la recojamos”.
Terminemos donde empezamos, “el hambre no se ve, pero está”. Es el momento de mostrar nuestro lado más humano y ser un ejemplo de humildad y generosidad con los más necesitados. La vida es muy larga y nunca se sabe si uno mismo puede acabar al otro lado del cerco, mirando las cosas desde la perspectiva de esas personas que se acercan al Banco de Alimentos en busca de ayuda porque pasan hambre. Entre todos podemos y con muy poco que se ofrezca, cualquier cosa, por muy ínfima que sea, acaba sumando.