La cocina que nutre de esperanza a sesenta familias jiennenses
Jaén Solidario y sus voluntarios elaboran menús semanales para los que más lo necesitan

Concepción Peinado, Marisol Reina y Mercedes Cámara arreglan los alimentos, en la cocina de Jaén Solidario. / Ana Isabel Bravo / Diario JAÉN.
Cada día, unas sesenta familias en situación de vulnerabilidad encuentran sustento gracias al esfuerzo de la Asociación Proyecto Jaén Solidario. Cada martes, jueves y viernes abren las puertas de sus cocinas para dar alimentos a aquellos que más lo necesitan. Semanalmente se elabora un menú en función de los productos que llegan a la sede, ya sean procedentes del Banco de Alimentos, de comercios o de particulares. “Se elabora un menú para que aprendan a utilizar los recursos que les damos y, cuando pase el tiempo que están con nosotros, sepan de verdad organizarse con las comidas”, sostiene Julia Molina, presidenta de la entidad.
El tiempo promedio de asistencia suele ser de entre cinco a siete meses, aunque se puede prolongar en situaciones muy complicadas. “Si encuentran trabajo se les mantiene la ayuda hasta que han cobrado, no es cuestión de una semana o un mes”, comenta un vocal de la asociación. La labor que realizan estas asociaciones se sostiene gracias a la solidaridad de sus voluntarios, quienes dedican su tiempo y energía a los más necesitados. Unas veinte personas ayudan de manera constante al colectivo, número que puede llegar a los treinta en determinados momentos. Entre las habituales voluntarias se encuentran Mercedes Cámara, Concepción Peinado o Marisol Reina, tres jiennenses que cada miércoles se acercan hasta la cocina para acudir a su cita semanal con la solidaridad.
Ellas tres se ocupan de ayudar a preparar la comida. Sus manos se encargan de pelar las verduras o preparar los productos que más tarde pasarán por los fogones. “Ellos solos no podrían dar abasto, les damos la facilidad de arreglarles la comida”, manifiesta Cámara sobre sus tareas en la entidad. Gracias a ella, a Peinado le entró el gusanillo de dar su mano para hacer algo por lo demás, motivo por el que trabaja con la asociación desde hace un año y medio: “Las asociaciones se sostienen por los voluntarios, si no hay alguien detrás, los alimentos se echarían a perder”.
Reina es la más veterana del grupo. Lleva seis años dedicada a la causa, movida por la satisfacción de “ayudar a los más necesitados”. Las tres jiennenses son voluntarias desde que se jubilaron y comenzaron a tener más tiempo libre, aunque comparten que es una actividad con tal sacrificio que no es para todos. “Te tiene que gustar y llamar el hacer algo por los demás, hay gente que prefiere dedicar su tiempo a otras actividades”, afirma Reina.
En la cocina, Benito Ballesteros y Eva Zoca son los encargados de transformar los ingredientes en platos llenos de sabor y esperanza. Ballesteros lleva más de veinte años siendo cocinero. Desde las siete de la mañana, de lunes a viernes, acude puntual a su compromiso con la asociación para poner en práctica su maestría entre fogones y su talante solidario. “Si algún día yo estuviera en su lugar, me gustaría que me ayudaran también”, comparte.
Hace seis años, Zoca y su familia se encontraban entre los usuarios que recogían estos menús solidarios, experiencia que marcó su vida. Afortunadamente, puede decir que ya no utiliza este servicio, pero su agradecimiento la llevó a tender su mano por aquellos que están ahora en la misma situación. “Cuando supe que necesitaban voluntarios, no dudé y ya llevo aquí cerca de cuatro años”, sostiene. Antes de volver a sus quehaceres, Zoca recalca que seguirá arrimando su hombro siempre que pueda. Más allá de los alimentos, la iniciativa de Jaén Solidario ofrece un sostén y una mano amiga en los momentos más difíciles. En definitiva, sus voluntarios son un claro ejemplo de que la verdadera riqueza de una comunidad reside en aquellos dispuestos a ayudar a los demás de forma desinteresada.