Todo lo recaudado con las diferentes acciones lo dedicarán a la compra de estos
El
Banco de Alimentos de Córdoba precisa donaciones de leche y aceite para ayudar a las familias desfavorecidas ante la falta de suministro de estos productos por parte del
Fondo de Ayuda Europea a Desfavorecidos (FEAD) debido a la subida de precios.
Según explica el vicepresidente de la asociación, Juan José Cas, en la primera fase de envío de los fondos FEAD no han recibido un solo litro de estos alimentos de primera necesidad frente a los 170.000 litros de leche y 11.000 litros de aceite de girasol con los que contaron el año pasado.
Cas asegura que «es un problema que tenemos en todos los bancos de alimentos de España» debido a que las empresas no han concurrido a las ofertas de venta de estos productos al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para suministrar a las oenegés. El motivo de que dichas convocatorias hayan quedado desiertas, según cuenta el vicepresidente del Banco de Alimentos está relacionado con los «precios tope», que resultan bajos y nada rentables a las aceiteras y lácteas.
La necesidad de leche, la más acusada
Es por ello que desde la organización no cesan en difundir campañas para demandar estos alimentos. Lo primordial, ahora mismo, es la leche, pues el aceite, al ser menos litros lo que se necesita «con donaciones podemos paliarlo». A la leche les resulta muy difícil llegar. No obstante, en la operación kilo que han llevado a cabo con las cadenas locales, en la que ha participado Supermercados Piedra, han recaudado 3.500 litros. Ahora arrancan una nueva campaña con las cadenas nacionales con las que piden que se hagan donaciones para estos alimentos.
Además, la subvención anual del Ayuntamiento de 50.000 euros la van a dedicar este año a la compra de leche; ya ha comprado tres trailer y continúan las acciones en residencias colegios y redes sociales, donde llevan recaudados 2.600 euros.
Los ciudadanos, sostiene Juan José Cas, siguen ayudando y colaborando en las diferentes peticiones y en las líneas de caja de los supermercados, donde piden aportación económica. Lo que ocurre es que «con 10 euros tenemos para comprar mucho menos que hace un año», lamenta.