Una año más coinciden en el tiempo solidario dos actividades aparentemente contradictorias. La labor constante de captación se intensifica en estos calurosos días en dos productos de signo bien distinto: por un lado el programa FEGA de Frutas y Hortalizas nos trae camiones de ciruelas, melocotones, sandías y calabacines.

Por otro lado las furgonetas del Banco de Alimentos acuden, fieles a la llamada anual, a recoger dulces y mantecados de la última campaña navideña y que esperan en las naves de las fábricas de Rute o Estepa este esfuerzo final por evitar el desperdicio alimentario, dentro de la fecha de caducidad aún muy vigente. Los sabores de Navidad, las tejas almendradas, San Jerónimo, el surtido tradicional, La Confitera… compiten con las sandías, o las nectarinas en paliar el hambre de los necesitados. Algún purista de la dieta clamará, pero el hambre no tiene vacaciones.

BALANCE DE MEDIO AÑO: UN MILLÓN Y MEDIO DE KILOS REPARTIDOS

Pero por encima de las anécdotas está la realidad de las cifras: en este primer medio año de 2020 el Banco de Alimentos Medina Azahara de Córdoba ha repartido a las entidades colaboradoras, crisis del Covid19 por medio, casi un millón y medio de kilos de alimentos -unos 75 camiones tráiler- de los cuales 460.000 kilos han sido de frutas y hortalizas y 1.019.278 kilos de alimentos no perecederos, procedentes tanto de los fondos FEAD como adquiridos gracias a la impresionante generosidad de los cordobeses y/o aportados por tantas empresas que han respondido a las llamadas realizadas tanto por el propio Banco de Alimentos como por la plataforma TodosPorCordoba.es

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