Quince asociaciones asistenciales y de beneficencia -el 50% de las participantes en el programa- acudieron al Banco de Alimentos para recoger el primer lote de tarjetas derivadas de la última Gran Recogida celebrada.
Estas tarjetas de compra suponen un novedoso sistema de ayuda a las personas necesitadas, puesto con un valor nominal de 50€. permiten a sus usuarios adquirir en cualquier establecimiento de Mercadona, que es la entidad expendedora, aquellos alimentos que más precisen.
El total de la operación iniciada en este primera sesión son 1.484 tarjetas, con un valor nominal de 50€ cada una de ellas. El importe asciende a 67.435 €, que fue lo donado por la clientela solidaria de Mercadona, a los que hay que sumar el 10% donado por la propia empresa, que asciende a 6.744 € más, haciendo un total de 74.179 €.
En el transcurso de la reunión, se abordaron cuestiones concretas que afectan a esta nueva forma de ejercer la solidaridad. Nacen a raíz de las recogidas virtuales impuestas por la pandemia, y ligadas a una cadena alimentaria –en este caso Mercadona-; son al portador, facilitan la compra de productos frescos, las familias pueden adaptar su alimentación a sus propias costumbres, se eliminan muchas de las “colas”.
Por otra parte, las personas beneficiarias se comprometen a entregar el tique de compra, donde se comprobará que el gasto realizado entra en lo marcado en el compromiso de uso y se respeta la voluntad de la persona que donó en su día.
Los productos que se podrán adquirir con esta tarjeta son: alimentos básicos (perecederos y no perecederos), preferiblemente productos perecederos que la entidad no aporta (carne, pescado…), alimentos infantiles, productos de higiene personal (no los cosméticos: cremas de belleza, pinturas, colonias, etc.), productos de limpieza doméstica (lejía, lavavajillas y detergente, etc.), quedando totalmente prohibidas las bebidas alcohólicas.
Por su parte, las entidades de reparto se comprometen a transmitir con toda la fidelidad posible el espíritu de este nuevo procedimiento. Controlar el trato hecho por los usuarios de las tarjetas, tomar medidas en caso de incumplir con el compromiso contraído y dar cuenta al Banco de Alimentos de la gestión de las tarjetas en un informe con tres puntos básicos: ventajas que se han detectado con esta modalidad, inconvenientes presentados en toda su extensión y propuestas de mejora.



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