Pasada la primera fase de la Gran Recogida 2022 -sigue activa, vía donación virtual, hasta el día 6 de diciembre-, es hora de ir comprendiendo la grandeza de la gran cita solidaria.
Una cita en la que tuvieron de nuevo un papel primordial la labor de los voluntarios que, en número superior al millar, orientaron y ayudaron a los donantes, bien en la donación en especie de alimentos bien animando a la donación al pasar por las líneas de caja.


Un testimonio, entre tantos, y al final un enlace a las docenas de fotografías del día.

Puedo decir con orgullo que he puesto mi granito de arena para informar, como voluntaria que soy, en un supermercado de mi ciudad. Soy una más, de los miles de voluntarios que han participado en el día de hoy, y que lo harán, mañana y pasado mañana. Sin embargo quiero contar mi experiencia personal, que al margen de lo que haya podido significar para el logro de los objetivos marcados, puede suponer, para mí como persona, y las enseñanzas que he conseguido por este medio.
No sé la cantidad de personas a las que me he dirigido, la mayoría de ellas me mostraban su agradecimiento por darles la oportunidad de colaborar, cosa que me llena de satisfacción, ya que muchas personas tienen voluntad de ayudar, pero no conocen los mecanismos para hacerlo.
Al margen de lo que he podido observar en la mayoría, me quedo con las enseñanzas que me han proporcionado algunas personas concretas, una a la que pedí que colaborara y me respondió con lágrimas en los ojos, que ella era una de las beneficiarias y que no podía aportar nada. Un señor mayor que se encontraba haciendo la compra para sus nietos, ya que su hijo se encontraba en paro y no tenía medios suficientes para salir adelante. Alguna que otra persona desconfiada que no creía que hubiera personas dispuestas a trabajar de forma altruista por los demás, pude observar dolor en su rostro. Una incluso llegó a increparme, como si yo, pobre voluntaria anónima, estuviera confabulando para arrebatarle algo. Me preguntó si ´los españoles´ podrían acudir al banco de alimentos para solicitar ayuda, le dije que no funciona así y cuando intenté explicarle cómo funcionan los bancos de alimentos, repartiendo la comida entre otras entidades, no sólo no atendió a mis explicaciones, sino que levantó su voz amenazante diciendo, para que lo oyeran todos los presentes, que cómo podía tener el descaro de pedirle que colaborara.
Pero la persona que más me ha impresionado es una mujer que dice que trabaja en varios sitios para sacar su familia adelante, que tiene que pagar hipoteca y facturas múltiples, que tiene que ayudar a otros familiares, pero que aún así, si puede permitirse comprar una bolsa de gominolas, puede aportar unos euros y ayudar a otros que lo necesitan más. Una gran lección.

Enlace a uno de los muchos álbumes de la gesta solidaria:
www.flickr.com/photos/bancodealimentoscordoba/with/52529227158/


GRAN RECOGIDA VOLUNTARIADO