El programa de excedentes alimentarios del FEGA distribuye cerca de 80.000 toneladas de comida. Las oenegés advierten del aumento e intensificación de la vulnerabilidad.
Tomado de www.publico.es/economia/1-3-millones-personas-recurren-colas-hambre-llenar-nevera.html
Eduardo Bayona @e_bayona

´Los ingresos de las familias se encuentran muy sostenidos. No están creciendo al nivel que necesitan para hacer frente a sus necesidades, y sus cuentas se están vaciando para pagar lo esencial mientras la vivienda se está convirtiendo en un pozo sin fondo´, describe Raúl Flores, coordinador del equipo de estudios de la fundación Foessa, cuyos trabajos apuntan a que ´un 31,5% de los hogares se queda muy lejos de lo que sería un presupuesto de referencia para unas condiciones de vida dignas´, que consistiría en cubrir los gastos de alimentación, ropa y calzado, vivienda y suministros, higiene, transporte y educación.
Los tres primeros grupos de esa lista han pasado en dos años de requerir el 61% de los presupuestos de las familias con menos recursos a llevarse el 81% como consecuencia, principalmente, de la superposición de una inflación desmesurada, y que está teniendo especial incidencia en productos básicos como los alimentos, con una fase de congelación salarial generalizada.
Esa confluencia de factores está obligando a miles de familias a acudir a las ´colas del hambre´ y a los dispositivos que organizan distintas oenegés como último recurso para poder llenar sus neveras y despensas y poder mantener una alimentación que, incluso sin llegar a ser medianamente equilibrada al no incluir las entregas de género fresco como fruta, verdura, hortaliza, carne o pescado, al menos ofrezca los aportes nutritivos mínimamente necesarios.
´Ha habido mucha demanda, la inflación está afectando a todo el mundo´, explican fuentes del Banco de Alimentos de Madrid, que ahora mismo atiende a diario a 165.000 personas. Son 15.000 menos que en 2021 y 65.000 menos que en 2020, el año de los confinamientos y el parón de la actividad, pero al mismo tiempo suponen un aumento de más de 30.000 sobre los registros previos a la crisis sanitaria.
´Hemos bajado, pero no hasta los niveles previos a la pandemia. Estamos claramente por encima de ellos´, añaden las mismas fuentes.

El volumen actual de usuarios del Banco de Alimentos de Madrid vendría a equivaler, según los datos del INE, a que los habitantes de provincias enteras como Ávila (158.140 habitantes), Palencia (158.155), Segovia (153.803), Teruel (134,421), el doble de los que viven en la de Soria( 88.377), o los de ciudades como Alcorcón (170.296) o Marbella (150.725) necesitaran ayuda para poder llenar sus neveras y despensas.
En el conjunto del Estado, solo el Programa Operativo de Ayuda Alimentaria del Fega (Fondo Español de Garantía Agraria) atendió el año pasado a más de 1,3 millones de personas en cada una de sus dos fases, en las que llegaron a repartirse a través de una red de más de 5.000 oenegés entre las que se incluyen la red de Bancos de Alimentos y Cruz Roja casi 80.000 toneladas de alimentos ´secos´ adquiridos mediante licitaciones.



El número de personas en las colas del hambre crece en Madrid a causa de la inflación
Karla Vanessa López (EFE) / Público
Los registros del programa, cuyo número de beneficiarios equivale a la población de Aragón y supera a la de Asturias, Cantabria, Baleares, Extremadura o Navarra, apuntan en la misma dirección que los del Banco de Alimentos madrileño: los 1,32 millones de usuarios suponen un descenso sobre los 1,46 y 1,45 de los años anteriores, pero siguen situándose claramente por encima de los 1,26 y 1,29 de los años previos a la pandemia.
Esos usuarios, para los que por otro lado está disminuyendo el volumen de donaciones de alimentos que los particulares entregan a los Bancos de Alimentos, llegan derivados desde los servicios sociales municipales, a menudo cuando ya han agotado otras estrategias para hacer frente a sus escasez de recursos económicos.
Entre éstas destaca la de pedir dinero a familiares y amigos, algo que, según un reciente estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) hizo en la segunda mitad del año pasado un 32% de los hogares, mientras un 60% tiró de ahorros y un 18% optaba por pedir un crédito al banco, con frecuentes combinaciones de varias de esas opciones.


COLAS DEL HAMBRE FEGA