Antonio Marín, conseguidor infatigable

Desconcertado como todos los voluntarios del Banco de Alimentos por la muerte de Antonio Marín, paso de escribir necrológicas al uso y cuento simplemente mis vivencias con él a lo largos de los años.
Como buen visitador médico, conocía la provincia como pocas personas, y en muchas ocasiones me invitó a acompañarlo por su geografía para realizar reportajes de sus numerosos trabajos para conseguir numerosas y variadas donaciones.
Aprendí a circular por carreteras que ni siquiera sabía que existían, pero que nos llevaban directamente a por ajos a Montalbán, a por hortalizas Almodóvar, a por Mantecados a Estepa o Rute, a por salsas a Palma del Río…
Los viajes eran además amenos porque a los dos nos gustaba hablar de política, de religión, de filosofía, de educación, de medicina y desayunábamos en lugares claves de la gastronomía provincial mientras rematábamos nuestras conclusiones casi siempre coincidentes.
Me mostró su afición a las acuarelas, e incluso iniciamos un sistema para su donación a beneficio del Banco de Alimentos.
Cualquiera le calcula los miles de kilómetros que hizo altruistamente en favor de la entidad ni los miles de kilos que consiguió de donde nadie esperaba.
Tenía la gran cualidad añadida de que pasábamos por una empresa al borde de la carretera y decidía presentarse al gerente y pedirle, así en frío, una donación. Pocos se le resistían.
Hace unos días, correspondiendo a mi felicitación navideña, me envió una de sus acuarelas. Aquí la pongo en agradecimiento a sus múltiples enseñanzas.
Descansa en paz, compañero, que te lo has ganado con creces.
E.O.

El próximo sábado 7. A las 19.30 tendrá lugar en la Parroquia de Cristo Rey (El Tablero) la Misa por su eterno descanso.
Su último christmas


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