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En las próximas semanas se espera que entre en vigor la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que afectará especialmente a los autónomos que desarrollen su actividad en el comercio o la hostelería. Estos son algunos consejos para cumplirla.
Claves para que los comercios y hosteleros se preparen para la nueva ley contra el desperdicio alimentario

Marta Escrichs
31/12/22 – 00:01
El pasado 7 de junio de 2022, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. Esta normativa, la primera que se regula en España sobre la materia, tiene el objetivo de reducir el desecho de alimentos sin consumir y favorecer el aprovechamiento de los mismos. Tras su aprobación, y tal y como confirmó el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la ley se encuentra en proceso de tramitación parlamentaria. Si todo sigue como se espera, entrará en vigor a lo largo de enero de 2023.
Según informó el pasado jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE), el comercio minorista registró en noviembre un descenso de sus ventas del 0,8% en relación con el mismo mes del año anterior. Unos datos que confirman que las ventas de los comercios vuelven a experimentar una caída, tras unos meses positivos. Por su parte, la hostelería del país sigue perdiendo negocios: en los últimos diez años han cerrado más de 24.000 bares, según el anuario de la patronal de hostelería.
En una situación nada alentadora para los autónomos españoles, y en un momento en el que aparecen nuevas obligaciones fiscales como el impuesto sobre los plásticos no reciclables, los comerciantes y hosteleros tendrán que prepararse para esta nueva normativa, que trae consigo sanciones de más de 60.000 euros si no se cumple con lo establecido.
Los autónomos deberán establecer una “jerarquía de prioridades”
Según los datos estimados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aproximadamente el 30% de los alimentos que se producen en el mundo se desperdician, y casi la mitad de este despilfarro se da en la fase de postcosecha y venta minorista. El proyecto de ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario tiene por objeto la prevención y reducción de las pérdidas y desperdicio de alimentos por parte de todos los agentes de la cadena alimentaria, que incluye tanto a los productores primarios (en la fase de cosecha y recolección), como a los consumidores (tanto en el hogar como en bares y restaurantes).
Tal y como establece la ley, todos los negocios del sector deberán disponer de un plan de prevención de las pérdidas y el desperdicio. En la práctica, esto quiere decir que los autónomos tendrán que hacer un autodiagnóstico de sus procesos productivos, identificar dónde se producen las pérdidas de alimentos y fijar las medidas pertinentes para minimizarlas y que se destinen a otros usos.
Para ello, la ley establece una “jerarquía de prioridades”, que recoge el orden de prioridad que los autónomos deberán seguir para evitar el desperdicio de alimentos.
• La prioridad máxima será siempre el consumo humano, a través de la donación o redistribución de alimentos. Para la donación de los excedentes se deberán firmar acuerdos de colaboración con empresas, entidades sociales y organizaciones sin ánimo de lucro, o con bancos de alimentos.
• La segunda prioridad establecida es la transformación de los alimentos que no se hayan vendido, pero que mantengan sus condiciones óptimas de consumo. En caso de que los alimentos no sean aptos para el consumo humano, se deberán utilizar para alimentación animal y fabricación de piensos, como subproductos en otra industria, o para la obtención de compost o biocombustibles.
Medidas específicas para los autónomos hosteleros
Además de lo anterior, los autónomos hosteleros tendrán la obligación de ofrecer a sus clientes, y sin coste adicional, la posibilidad de que se lleven los alimentos no consumidos. Para ello, deberán disponer de envases aptos para el uso alimentario, que sean reutilizables o fáciles de reciclar. De ahí que esta ley esté siendo nombrada coloquialmente como “la ley del tupper”.
No obstante, cabe destacar que, tal y como explicaron a este medio desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE), el sector “viene trabajando desde hace tiempo por evitar el desperdicio alimentario, ya que está cada vez más comprometido y es más responsable, no solo con el desperdicio alimentario, sino con la economía circular y con cualquier aspecto que pueda reducir el impacto en el medio ambiente y suponga una conciencia y un compromiso social”.
“El principal punto de este proyecto de ley que compromete al sector hostelería es en la materia de informar y la obligatoriedad de tener envases para que los comensales puedan llevarse el excedente de sus comidas. Realmente es algo que se venía produciendo de manera normalizada, ya que siempre ha existido la posibilidad de que cuando el cliente pidiera la comida que sobraba en el plato, se lo pudiera llevar”, destacaron.
Aun así, la responsabilidad no solo se encuentra en la figura del hostelero, sino también en la de los clientes. “Es importante que el consumidor mida mucho lo que va a pedir, que se ajuste a sus necesidades. El hostelero tiene que informar sobre el



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LEY DESPERDICIO ENTIDADES SOCIALES EXCEDENTES