Cada español tiró a la basura una media de 31 kilos/litros de comida y bebida en 2020, cifra similar a la del año pasado, aunque mejora la tasa de desperdicio que baja del 4,7 % al 4,3 % del total de alimentos comprados por los hogares

El Gobierno ultima un proyecto de ley para prevenir y disminuir el desperdicio de alimentos a lo largo de la toda la cadena alimentaria

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha presidido el pasado 31 de mayo del 2021, el acto de presentación de la campaña de concienciación “Aquí no se tira nada”, con la que se pretende promover entre la ciudadanía un consumo responsable y reducir el desperdicio de alimentos, un objetivo que ha considerado prioritario para el ministerio y que es una “necesidad social”.

Tres de cada cuatro hogares españoles tiraron a la basura comida y bebida en el año 2020, con una media de 31 kilos/litros por persona. En total, en el cubo de la basura de las familias terminaron 1.364 millones de kilos/litros de alimentos. Se trata de unas cifras similares a las del año anterior, si bien la tasa de desperdicio frente al total comprado mejora ligeramente y se sitúa en el 4,3 % en comparación con el 4,7 % del 2019. No obstante, todavía se despilfarra demasiada comida que termina en los contenedores.

Luis Planas ha explicado que “al desperdiciar alimentos, no solo tiramos comida, también tiramos los recursos económicos y naturales (tierra, agua, energía, insumos) que han sido necesarios para obtenerlos, así como el esfuerzo de quienes los producen”. Por ello ha enfatizado que reducir el desperdicio alimentario debe ser un “objetivo ético para el conjunto de la sociedad”.

Dentro del evento, Miguel Fernández Rodríguez, Director de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), puso en valor la significativa labor en la recuperación de excedentes alimentarios que realizan los 54 Bancos de Alimentos asociados a FESBAL, esta acción supone aproximadamente, el 50% de los alimentos que distribuyen los Bancos de Alimentos a lo largo del año, además, alineados a la Agenda 2030 marcada por la ONU, la recuperación de estos excedentes es cada vez más importante para frenar el cambio climático y, para ayudar a satisfacer las necesidades alimentarias de miles de familias que hoy más lo necesitan.

LEY CONTRA LA PÉRDIDA Y EL DESPERDICIO ALIMENTARIO

De ahí que sea perentorio reducir el desperdicio de alimentos tanto en la venta al por menor como entre los consumidores, así como evitar las pérdidas de alimentos en la cadena de producción y suministro. Por ello, Planas ha recordado que llevará al Consejo de ministros, antes de final de año, una propuesta de proyecto de ley para prevenir este despilfarro.

El ministro ha destacado que la prevención y reducción del desperdicio de alimentos va a tener por primera vez una regulación por ley, sobre la que ha adelantado que afectará a todos los eslabones de la cadena alimentaria, incluida la restauración, y que “contribuirá a la sostenibilidad y a la economía circular, gracias a una gestión más eficiente de los recursos”.


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